En una boda casi toda las miradas están dirigidas a la novia, pero no por ello se deben descuidar el resto de detalles.
Los niños y niñas que acompañan a los novios son quienes reciben buena parte de las miradas y de la atención de los invitados. En este caso el encargo consistía en crear coronas de flores, diademas, pinzas y pasadores para que las niñas que asistían a la boda estuvieran tan guapas como la propia novia.
Por encargo se hicieron los adornos a juego con los vestidos de las niñas, quienes pudieron escoger qué les gustaba más para lucir ese día.
Esta vez las flores no eran de tela, como los ramos de la novia, sino que al más puro estilo Lúlabi, los adornos se elaboraron con pequeñas flores eran de papel. El toque perfecto para las princesas del evento.
De nuevo un detalle precioso que la novia tuvo hacia ellas, porque las más peques también son las más importantes.
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